El pasado 28 de diciembre de 2014, en el cementerio de AHILLONES (Badajoz), se celebró a iniciativa de los familiares de las víctimas del franquismo en dicha localidad y el Ayuntamiento de la misma, un emotivo acto de homenaje y reconocimiento, procediéndose a la inauguración de un monolito memorial en memoria de los desaparecidos con sus nombres. Al acto asistieron familiares de las víctimas que organizaron el acto, el Alcalde, un representante del PRMHEX, y dos miembros de la ARMHEX, asociación expresamente invitada al acto por los familiares, acompañados de numerosos asistentes del pueblo y comarca, que quisieron con su presencia rendir tributo a los desparecidos. En el monolito figuran los nombres de las personas asesinados a causa de la represión franquista en esa localidad durante 1936, junto a la tapia del pozo donde fueron asesinadas.
Con este monumento ahora erigido en el cementerio de la localidad se ha querido visibilizar un homenaje y reconocimiento social a quienes sufrieron este castigo por enfrentarse al fascismo, defendiendo la II República y unos modelos sociales más libres y justos.
Es obvio, que la reparación de la dignidad ofendida y la restitución de la memoria democrática de nuestro país, nunca serán completa, mientras no se repare y se restituya la memoria, de la II República y quienes le dieron vida.
La memoria de todas estas personas, no necesita de sacralización alguna. Únicamente precisa luz, verdad, justicia, y reparación.
Esta es en suma, una historia llena de dignidad. De la dignidad que nunca perdieron, quienes como los familiares de estas víctimas, decidieron no olvidar, y luchar sin descanso por la memoria de todos aquellos a los que les fueron arrebatadas impunemente sus vidas y sus sueños.
Desde aquí damos las gracias a los familiares de las víctimas de AHILLONES, felicitamos al Ayuntamiento de Ahillones por haber aprobado en pleno y financiado la construcción del memorial y a todas las personas que han colaborado y han hecho posible que el monolito sea ya una realidad. Por la verdad, la justicia y la reparación, gracias.
“Hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria. Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la VERDAD. Y LUEGO, LA JUSTICIA”. JUAN GELMAN, Poeta.
Llegado el día,
los profanadores arramblaron con todo. Desvalijaron la casa que mira hacia
poniente, sobre el río. La casa que fue emblema, palabra escrita, lugar al que
acudía la nostalgia, y ahora es leyenda sin retorno, flor del sueño, un gesto
apenas en el que uno a veces descubre la osadía…
La razón del
poema se deshizo y apenas nos queda su memoria, máscara y enigma que aún nos
conmueven, tanto como ese viejo manuscrito en tinta negra que rememora la tapia
del cementerio de la ciudad, plagada de cruces, de los que allí detrás se
hicieron tierra, cosida a balazos; y donde aún procuro cada tarde la luz de las
palabras, de sus palabras…
(Del
poemario Siquiera este refugio, de
Ángel Campos Pámpano).