Comandante
Ríos” (1º por la izda,), en el Penal de Burgos
HA
FALLECIDO JOSE MURILLO, comandante Ríos, uno de los últimos
guerrilleros antifranquistas.
José
Murillo, ha fallecido la noche del sábado al Domingo del 2 de septiembre de 2012, en Madrid. Descanse en paz. IN
MEMORIAM.
Fue
nombrado jefe de su guerrilla con 22 años. Su área de operaciones
comprendería Sierra Morena, y zonas limítrofes con Badajoz, Sevilla
y Córdoba, en un perímetro que contemplaba desde Cazalla de la
Sierra hasta Constantina. Desde entonces comenzaron a llamarle
“Comandante Ríos”, por lo bien que cruzaba de orilla a orilla en
las noches.
Se
echó al monte con 17 años para esquivar su destino. En su pueblo,
El Viso de los Pedroches (Córdoba), cuando terminó la Guerra Civil,
se repartieron los papeles y a su familia le tocó una temible
papeleta: rojos. En todos sitios se buscaron chivos expiatorios y
cada municipio tenía que tener su ración de vencidos para que los
vencedores pudieran saborear el poder.
Su
padre, un pastor con ideas socialistas, tuvo que marcharse tras
sufrir el acoso de los falangistas del pueblo y él le siguió los
pasos “para luchar por mi vida y no morir de rodillas”. Este ex
maquis tenía 87 años y era uno de los poco supervivientes de
los miles que lucharon contra el régimen franquista.
José
Murillo pertenecía a una generación que vio morir y sufrir a muchos
compañeros, lo dio todo soñando con la libertad y un futuro como
los demás jóvenes. Él y su familia, como muchas otras, sufrieron
la persecución de sus ideas.
Decía:
“Me enteré de que mi madre había salido de la cárcel después de
su cautiverio de 5 años, y bajé al pueblo. Pasé dos horas con ella
y con mis hermanos. Mi padre en cambio fue herido en un
enfrentamiento con la policía y detenido. Después me dijeron que mi
padre se “ahorcó” en su celda en 1944, aunque nunca me he creído
la versión de su muerte. Sé muy bien como las gastaban en la
prisión, que lo torturaron hasta la muerte y lo ahorcaron”.
Nueve
años como guerrillero, 17 como preso político, dos condenas de
muerte y cinco balas que nadie pudo extraerle del hombro derecho eran
todo su patrimonio. La vida recomenzaba a los 40 años, cuando salió
de prisión, para el guerrillero conocido como “Comandante Ríos”.
Tras
tanto años de lucha y de encarcelamiento, el Comandante Ríos tenía
una cosa muy clara en los últimos tiempos: “Soy enemigo de las
armas y de solucionar los problemas pegando tiros. Las armas sólo le
convienen al capital, que es el que vive de eso. Yo tengo una fe
enorme en las nuevas generaciones. Los jóvenes de ahora, que tienen
cultura, deben conocer la historia de su país y de los 40 años de
dictadura, que ha sido lo peor que hemos pasado”.
El
comandante Ríos, vivía en Madrid desde que en 1963 salió de la
cárcel. Cuando salió de su casa José Murillo tenía 17 años y era
un pastor casi analfabeto. Se vio obligado a seguir los pasos de su
padre para escapar al destino que los falangistas de El Viso le
habían adjudicado: la tapia del cementerio. El ex guerrillero pasó
nueve años al mando de un comando de seis hombres, hasta que lo
detuvieron, luchando en Sierra Morena (Córdoba) y en la provincia
de Badajoz. Paradójicamente, a este hombre, ateo confeso, le
salvó de ser condenado a cadena perpetua la amnistía que dio el
régimen tras la muerte del papa Juan XXIII. “Yo había renunciado
a tener una vida normal, sabía que no saldría de la cárcel hasta
que no se muriera Franco”, comenta el guerrillero, que conserva una
memoria prodigiosa. A José la libertad le cogió por sorpresa,
después de torturas en la cárcel y de dos consejos de guerra en los
que se libró de la pena de muerte porque el fiscal no pudo probar
ningún delito de sangre.
“Cuando
me eché al monte, lo hice porque la vida de mi padre estaba en
peligro y no quise abandonarlo. Yo era el mayor de seis hermanos y
todos le aconsejaron que huyera y me llevara con él porque, de lo
contrario, los falangistas se vengarían conmigo”, afirmaba.
Entre
sus muchos recuerdos no faltaban algunos bonitos, como la solidaridad
que recibió al salir de la cárcel cuando no encontraba trabajo.
“Nunca me faltó un plato de comida y una cama en casa de gente que
yo no conocía, de obreros”. Los contactos se los proporcionaba el
padre Llanos, el famoso cura del Pozo del Tío Raimundo. Pero de
aquellos años de clandestinidad le queda también algo más
tangible: cinco balas en el hombro derecho, fruto de sus misiones en
las que localizaban polvorines, servían de enlaces o organizaban
acciones para obtener dinero. “Antes cuando estaba en prisión me
molestaban mucho para hacer los ejercicios obligatorios, pero ellos
no quisieron extraérmelas. Ahora soy yo el que no quiero que me las
saquen”, decía en una entrevista periodística hace pocos años,
José Murillo, un hombre que se encontró con un destino.
La ARMHEx, lamenta profundamente el fallecimiento de este gran luchador, sobre todo porque poco a poco por cuestiones biológicas, van desapareciendo estos protagonistas de nuestra historia silenciada durante tanto tiempo, sin un completo homenaje, de toda la sociedad española e institucional del Estado. Lamentamos tan irreparable pérdida de otro protagonista más de la lucha antifranquista, y públicamente la ARMHEX, trasmite sus condolencias a su familia y amigos.
APROVECHAMOS ESTE TRISTE DIA, PARA RECORDAR IGUALMENTE QUE TAL Y COMO TIENE DECLARADO LA ARMHEX, en sus documentos de trabajo, sobre los guerrilleros antifranquistas:
PRIMERO: Que los Guerrilleros antifranquistas deben ser reconocidos como la ultima expresión del que fuera Ejercito de la República, y en consecuencia como combatientes del Ejercito Republicano.
SEGUNDO: Así mismo, pedimos reconocimiento moral y gratitud a las mujeres de los guerrilleros (esposas, novias, madres, hermanas, hijas o parientes), heroínas silenciosas y víctimas también, de la represión fascista; por su aportación impagable a la Guerrilla.
TERCERO: Que solicitamos, reconocimiento oficial por parte del Gobierno de España del papel de las agrupaciones de guerrilleros y puntos de apoyo. Así como su equiparación a los combatientes del Ejército Republicano. Hay que constatar que los guerrilleros, pese a ser citados como "combatientes" en la Exposición de Motivos de la Ley 52/2007, conocida como de la Memoria Histórica, cuya rehabilitación además fue unánimemente solicitada por el Pleno del Congreso de los Diputados de 16 de mayo de 2001, en cambio han sido los grandes olvidados, de citada Ley 52/2007, donde ningún artículo se les dedica, para su rehabilitación.
En este sentido y exigimos se articulen las medidas adecuadas para que la PROPOSICIÓN NO DE LEY aprobada por unanimidad en la Asamblea de Extremadura el 17 de febrero de 2003, sea una realidad antes de que fallezcan todos los guerrilleros sobrevivientes extremeños, la cual decía en su punto tercero lo siguiente:
La Asamblea de Extremadura insta a la Junta de Extremadura a:
3.- Rehabilitar la memoria de los guerrilleros antifranquistas, reclamando al Gobierno la supresión de su caracterización como bandidos o malhechores en los expedientes policiales, así como las eventuales compensaciones económicas.
CUARTO: Instamos a la apertura, conservación y catalogación archivista de todo el material documental relacionado con la guerrilla y su repercusión. Así mismo dotar de medios y especialistas archiveros a todas las instituciones en donde se encuentren dichos documentos.
QUINTO: Es deseable, potenciar el conocimiento del fenómeno guerrillero en todo el sistema educativo, como han hecho otros países de nuestro entorno con fenómenos de resistencia similares, como Francia.
SEXTO: Hacer un llamamiento al mundo de la cultura y especialmente a los historiadores, para que sigan investigando y difundiendo la historia de la lucha guerrillera durante el franquismo.
SÉPTIMO: Afirmamos, como no puede ser de otra forma, desde el punto de vista de un Estado de Derecho, la radical ilegitimidad de origen y de ejecución:
a).- De las disposiciones que ordenaron la creación de órganos encargados de la represión política.
b).- De todas las normas que aplicaron esos órganos de represión.
c).- De todas las actuaciones y decisiones de esos órganos y de las farsas como los consejos de guerra que procedieron a los asesinatos, privaciones de libertad y derechos, torturas y demás formas de represión.
Todas esas disposiciones, órganos, decisiones y farsas, carecen de la calidad ética y jurídica necesarias para ser consideradas como leyes, tribunales, sentencias o juicios, desde la perspectiva de civilización democrática y de derecho.
Por ello, el Gobierno tiene el deber moral y democrático de promover formalmente y de oficio, la declaración de nulidad plena de aquellas sedicentes leyes, tribunales, sentencias y condenas, una vez que la propia Ley 52/2007, las declaró ilegitimas.
SIN MEMORIA, NO HAY JUSTICIA.
ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE EXTREMADURA (ARMHEX).