viernes, 26 de noviembre de 2010

"Llerena 1936. Fuentes orales para la recuperación de la memoria histórica"



Se acaba de editar por el Servicio de publicaciones de la Diputacion de Badajoz, el libro "Llerena 1936. Fuentes orales para la recuperación de la memoria histórica", de nuestro amigo y socio de la ASOCIACION RECUPERACION MEMORIA HISTORICA EXTREMADURA-ARMHEX, ANGEL OLMEDO ALONSO; libro que a la sazón fue galardonado con el "Premio Arturo Barea 2009" de la Diputación de Badajoz. En el libro se hace un recorrido sobre la guerra y represión en Llerena y su comarca, tanto durante la guerra civil como en la postguerra; todo ello a raiz de la recuperación, de 38 cuerpos de la "fosa del arroyo Romanzal" de Llerena en el 2005; dentro del primer Campo de Trabajo promovido por la ARMHEX y la entonces llamada Dirección General de Juventud de la Junta de Extremadura. Sirve este libro de investigación, para conocer cómo se articulaba el proceso represivo en las localidades de esa zona que iban siendo ocupadas por los rebeldes y cómo perduró el control social durante décadas. RECOMENDAMOS SU LECTURA.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

LAS COLONIAS PENITENCIARIAS DE MONTIJO. LUGAR DE MEMORIA






La ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACION DE LA MEMORIA HISTORICA DE EXTREMADURA, ha presentado escrito en legal forma a la CONSEJERÍA DE CULTURA y TURISMO DE LA JUNTA DE EXTREMADURA, SOLICITANDO SE DICTE RESOLUCION por parte de esa Consejería, por la que se ACUERDE INCOAR EXPEDIENTE DE DECLARACIÓN BIEN DE INTERÉS CULTURAL, CON LA CATEGORÍA DE SITIO HISTÓRICO de los restos y del paraje natural o terreno donde se ubicaban las COLONIAS PENITENCIARIAS DE MONTIJO, que parcialmente aun se conservan. Todo ello, al amparo de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, y de su Artículo 6. 1º. d), en su acepción de Sitio Histórico, (lugar o paraje natural que forman parte de una unidad coherente por razones históricas, culturales o de la naturaleza vinculadas a acontecimientos, recuerdos del pasado), pues carece de la más mínima protección jurídico patrimonial, evitándose que lo que debe ser un lugar de memoria, se convierta en un lugar de olvido o desaparezca.


Dentro de las actuaciones que la Asociación para la recuperación para la Memoria Histórica de Extremadura (ARMHEX), viene formulando desde hace años, tendentes a que se lleve a cabo un proceso de dignificación, protección y conservación de todos los Lugares de Memoria que aún existen en Extremadura, a la luz de la vigente Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, solicitando su declaración como Bienes de Interés Cultural, en su acepción de “Sitio Histórico”; la ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACION DE LA MEMORIA HISTORICA DE EXTREMADURA, ha presentado escrito en legal forma el dia 16 de noviembre de 2010, a la CONSEJERÍA DE CULTURA y TURISMO DE LA JUNTA DE EXTREMADURA, SOLICITANDO SE DICTE RESOLUCION por parte de esta Consejería, por la que se ACUERDE INCOAR DE OFICIO EXPEDIENTE DE DECLARACIÓN BIEN DE INTERÉS CULTURAL DEL PARAJE NATURAL DONDE SE UBICARON LAS COLONIAS PENITENCIARIAS DE MONTIJO Y LOS RESTOS QUE AUN SON VISIBLES, CON LA CATEGORÍA DE SITIO HISTÓRICO, dado que carecen de la más mínima protección patrimonial, frente a intervenciones urbanísticas inadecuadas, dado que en una gran parte de los casos, se encuentran en un estado precario de conservación.

La ARMHEX, basa su petición tanto en la LEY 52/2007, de 26 de diciembre, más conocida como Ley de la Memoria Histórica, que “sienta las bases para que los poderes públicos lleven a cabo políticas públicas dirigidas al conocimiento de nuestra historia y al fomento de la memoria democrática”, así como especial y concretamente en:

La Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, que recoge la competencia y el procedimiento para llevar a cabo la declaración de bien de interés cultural.

Entre su articulado, se encuentra el art. 6.1º.d. Ley 2/99, que regula los Bienes de Interés Cultural, en su acepción de “Sitio Histórico” (lugar o paraje natural que forman parte de una unidad coherente por razones históricas, culturales o de la naturaleza vinculadas a acontecimientos, recuerdos del pasado).

Con base en la normativa citada es por la que, hemos SOLICITADO DE DICTE RESOLUCION por parte de esa Consejería, por la que se ACUERDE DE OFICIO INCOAR EXPEDIENTE DE DECLARACIÓN BIEN DE INTERÉS CULTURAL DE LAS COLONIAS PENITENCIARIAS DE MONTIJO), CON LA CATEGORÍA DE SITIO HISTÓRICO.

Las Colonias Penitenciarias de Montijo, son un referente de la memoria histórica y lugar obligado de recuerdo para muchas personas y colectivos, su significación histórica en el ámbito de la represión franquista seguida a la guerra civil, lo configuran como símbolo en nuestra región que le hacen merecedor de su máximo reconocimiento y protección que se promueve y así se solicita mediante el citado escrito.

La incoación del expediente, deberá acordada por la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, y deberá ser notificada al titular privado afectado, al Ayuntamiento de Montijo, y al Ministerio de Cultura, para su inscripción provisional en el Registro General de Bienes de Interés Cultural, donde se procederá a practicar anotación preventiva del inicio del expediente de declaración. En cuanto a los demás trámites a cumplimentar, deberán ser los previstos en los artículos 7 y siguientes de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura.

En este sentido recordar, que los mismos argumentos que la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura, empleó para la declaración de Bien de Interés Cultural, del paraje y terreno donde se ubicaba el Campo de Concentración de Castuera, declaración que se formalizó legalmente por Decreto 97/2009 de 30 de abril de 2009; son igualmente aplicables y extrapolables para llevar a cabo la declaración de BIC como sitio histórico de los restos de las Colonias Penitenciarias de Montijo, por lo que esperamos que la administración proceda a iniciar el expediente, tal y como ha sido solicitado, respecto a las Colonias Penitenciarias de Montijo. Además en el caso de las Colonias Penitenciarias de Montijo, las instalaciones son las mejores conservadas (o casi únicas en todo el Estado español), pues aún está en pie la que fue la Casa del Comandante del campo y algunos barracones, si bien las instalaciones se utilizan actualmente, para una explotación agropecuaria que alli se ubica, pero sin la más minima protección. Hace años ya desaparecieron otros barracones.

ANTECEDENTES

Que como es sabido, terminada la guerra civil española, el 8 de septiembre de 1939 se creó por el régimen franquista, mediante Ley el Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas, con diferentes Agrupaciones.

El Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas, eufemismo con el que se intentaba ocultar el nombre de los campos de concentración, fue en realidad el encargado de centralizar el uso y abuso que el franquismo hizo de sus prisioneros políticos como trabajadores forzados.

Estas Agrupaciones se encargaron de llevar a cabo el trabajo con presos republicanos, en la construcción de canales y presas en diferentes ríos. Desde 1939 a 1942 se implantaron seis Agrupaciones, una de ellas, la 2ª Agrupación, lo fue en el Canal de Montijo, donde se ubicaron las Colonias Penitenciarias.

En total, llegaron a trabajar unos 1.450 presos republicanos en la Segunda Agrupación de Colonias Militarizadas en Montijo, de los que hay constancia documental, con nombres y apellidos, en los Archivos públicos. Casi un 20% fueron presos extremeños. Así mismo un 29,5% fueron presos andaluces, y un 12,4% de presos catalanes, entre otras procedencias.

Participaron en la construcción de una parte del Canal de Montijo y de una parte de la presa del mismo nombre.

Los presos vivían una existencia desarraigada, lejos de sus habituales lugares de residencia y en condiciones infrahumanas. Además, el trabajo que realizaron, sobre todo en los primeros años, fue de gran dureza por la falta de instrumentos técnicos y por la propia situación de los campamentos.

Se trata por ello de sensibilizar a la sociedad extremeña actual sobre acontecimientos del pasado que han sido silenciados de forma indigna. Es una obligación legal y democrática el reconocimiento público, al menos simbólicamente, de las personas que fueron objeto de la represión, y obligadas a realizar trabajos civiles en duras condiciones de precariedad y sufrimiento, entre esas actuaciones está sin duda la conservación de aquel Paraje natural o sitio histórico.

Para más información se puede consultar la anterior entrada de este mismo blog, llamada: CANAL DE MONTIJO: LUGAR DE MEMORIA .

PUEDE ASÍ MISMO APOYAR LA:

CAMPAÑA PRO INICIO EXPEDIENTE DE DECLARACION DE B.I.C. DE LAS ANTIGUAS COLONIAS PENITENCIARIAS DE MONTIJO.

Envie un e-mail dirigido a la A LA CONSEJERÍA DE CULTURA Y TURISMO JUNTA DE EXTREMADURA,A ESTAS DIRECCIONES:

sg.cultura@juntaextremadura.net dgpatrimonio.cyt@juntaextremadura.net

INTRODUCIENDO ESTE TEXTO:

Que por medio del presente escrito, SUSCRIBO y APOYO PLENAMENTE la solicitud formulada por la ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACION DE LA MEMORIA HISTORICA DE EXTREMADURA, con fecha 16.11.2010, por el que se pide en legal forma a la CONSEJERÍA DE CULTURA y TURISMO DE LA JUNTA DE EXTREMADURA, que SE DICTE RESOLUCION por parte de esa Consejería, por la que se ACUERDE INCOAR EXPEDIENTE DE DECLARACIÓN BIEN DE INTERÉS CULTURAL, CON LA CATEGORÍA DE SITIO HISTÓRICO de los restos y del paraje natural o terreno donde se ubicaban las COLONIAS PENITENCIARIAS DE MONTIJO, que parcialmente aun se conservan. Todo ello, al amparo de la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, y de su Artículo 6. 1º. d), en su acepción de Sitio Histórico, (lugar o paraje natural que forman parte de una unidad coherente por razones históricas, culturales o de la naturaleza vinculadas a acontecimientos, recuerdos del pasado), pues carece de la más mínima protección jurídico patrimonial, evitándose que lo que debe ser un lugar de memoria, se convierta en un lugar de olvido o desaparezca.

Por todo ello,

SOLICITO: Que teniendo por presentado este escrito, tenga por formulado mi APOYO SUSCRIBIENDO EXPRESAMENTE DICHA PETICION y tras los trámites legales oportunos se inicie el expediente oportuno y se le de el curso procedimental pertinente.

jueves, 11 de noviembre de 2010

CANAL DE MONTIJO: LUGAR DE MEMORIA






La ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACION DE LA MEMORIA HISTORICA DE EXTREMADURA, ha solicitado a la CONFEDERACIÓN HIDROGRÁFICA DEL GUADIANA, y al MINISTERIO DE MEDIO AMBIENTE, Y MEDIO RURAL Y MARINO, que se señalice y coloque, junto al Canal de Montijo, una placa o monolito que dignifique la memoria de los casi 1.500 ciudadanos, muchos de ellos extremeños, pasaron por las Colonias Penitenciarias de Montijo.

Desde la Asociación para la recuperación para la Memoria Histórica de Extremadura, siempre hemos considerado que la memoria necesita para expresarse de unos soportes externos, de unas marcas tangibles, de unos «lugares de memoria». Es en estos «lugares» donde la memoria se fija, lugares llenos de contenido cuya misión es bloquear la acción del olvido.

Que como es sabido, terminada la guerra civil española, el 8 de septiembre de 1939 se creó por el régimen franquista, mediante Ley el Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas, con diferentes Agrupaciones.

El Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas, eufemismo con el que se intentaba ocultar el nombre de los campos de concentración, fue en realidad el encargado de centralizar el uso y abuso que el franquismo hizo de sus prisioneros políticos como trabajadores forzados.

Estas Agrupaciones se encargaron de llevar a cabo el trabajo con presos republicanos, en la construcción de canales y presas en los ríos: Guadiana, Tajo, Guadalquivir, Alberche y Jarama. Desde 1939 a 1942 se implantaron seis Agrupaciones:

1ª y 6ª Agrupación trabajaron en el canal de Bajo Guadalquivir, con campamento en Los Merinales, a 8 kilómetros de Sevilla. La 2ª Agrupación en el Canal de Montijo (Badajoz); la 3ª, en el canal del Bajo Alberche. La 4ª estuvo destinada en la Real Acequia del Jarama y la 5ª se destinó a la construcción de la Academia de Infantería de Toledo.

En total, llegaron a trabajar unos 1.470 presos republicanos en la Segunda Agrupación de Colonias Militarizadas en Montijo, de los que hay constancia en los Archivos públicos. Casi un 20% fueron extremeños.

Participaron en la construcción de una parte del Canal de Montijo y de una parte de la presa del mismo nombre.

Los presos vivían una existencia desarraigada, lejos de sus habituales lugares de residencia y en condiciones infrahumanas. Además, el trabajo que realizaron, sobre todo en los primeros años, fue de gran dureza por la falta de instrumentos técnicos y por la propia situación de los campamentos.

Aún hoy, se conservan en Montijo, los restos de los barracones de aquellas Colonias Penitenciarias y los restos de la vivienda del Comandante jefe de la misma.

Nada hay sin embargo, a lo largo del Canal, en parte de cuya construcción del mismo participaron forzadamente presos republicanos, que lo recuerde o simplemente mencione.

La ARMHEX, basa su petición en como dice la Exposición de Motivos de la LEY 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, más conocida como Ley de la Memoria Histórica: “Es la hora, así, de que la democracia española y las generaciones vivas que hoy disfrutan de ella honren y recuperen para siempre a todos los que directamente padecieron las injusticias y agravios producidos, por unos u otros motivos políticos o ideológicos o de creencias religiosas, en aquellos dolorosos períodos de nuestra historia. Desde luego, a quienes perdieron la vida. Con ellos, a sus familias. También a quienes perdieron su libertad, al padecer prisión, deportación, confiscación de sus bienes, trabajos forzosos o internamientos en campos de concentración dentro o fuera de nuestras fronteras”.

En este sentido, la citada Ley “sienta las bases para que los poderes públicos lleven a cabo políticas públicas dirigidas al conocimiento de nuestra historia y al fomento de la memoria democrática”.

Por ello, los objetivos de la petición que se ha formulado por escrito por la ARMHEX, con independencia de las investigaciones históricas o antropológicas que tienen otros ámbitos, se centran en sensibilizar a la sociedad extremeña actual sobre acontecimientos del pasado que han sido silenciados de forma indigna para quienes lo padecieron. Es una obligación legal y democrática el reconocimiento público y la rehabilitación moral, al menos simbólicamente, de las personas que fueron objeto de la represión, y obligadas a realizar trabajos civiles en duras condiciones de precariedad y sufrimiento.

Por todo ello, la ARMHEX ha pedido expresamente por escrito y en legal forma:

1.- Que se señalice y coloque, junto al Canal de Montijo, y en frente a los restos de los barrancones, dentro del terreno de dominio público, Titularidad de la Confederación Hidrográfica del Guadiana del MINISTERIO DE MEDIO AMBIENTE, Y MEDIO RURAL Y MARINO, una placa o monolito que dignifique la memoria de los casi 1.500 ciudadanos, muchos de ellos extremeños, pasaron por aquellas Colonias Penitenciarias.

2.- Que en su memoria, se le de el nombre a ese tramo como Canal de Montijo- “Canal de los Presos”.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Fernando Valera Aparicio: Último Presidente del Gobierno de la Republica en el Exilio (1971-1977), era extremeño





Fernando Valera Aparicio, figura no bien conocida por el gran público, aparece vinculado significativamente a la conmocionada Historia española del pasado siglo XX, y, en especial, claro es, a la II República, a la Guerra Civil y al exilio, que marcaron su vida.

Pocos extremeños, conocen que nació en Madroñera, Cáceres. Su figura e importante legado de gran político y ensayista republicano, injustamente olvidados, y el hecho de ese origen extremeño, justifican elaborar esta pequeña glosa de recuerdo acerca de su personalidad y obra.

Hace ahora 74 años, un 8 de Noviembre de 1936, se dirigió por radio a los madrileños, cuando los fascistas acechaban la capital, con estas palabras:

« Aquí en Madrid se encuentra la frontera universal que separa la libertad de la esclavitud. Aquí en Madrid se enfrentan en su lucha dos civilizaciones incompatibles: el amor contra el odio, la paz contra la guerra, la fraternidad contra la tiranía de la Iglesia... Esto es Madrid. Es la lucha por España, por la humanidad, por la justicia, que, con su manto de sangre, cubre a todos los seres humanos.... ¡Madrid! ¡Madrid! ». Fernando Valera, 8 de noviembre, desde Unión Radio Madrid.

Fernando Valera Aparicio, nace en la localidad cacereña de Madroñera en 1899. Su ascendencia familiar parece entroncar, por parte paterna, con los Valera de origen cordobés, hallándose emparentado con el conocido escritor Juan Valera (aunque este dato no aparece confirmado por todas las fuentes). Su padre, que era médico, fallece cuando él todavía es niño, trasladándose seguidamente a Cáceres junto al resto de su familia. Comienza sus primeros estudios en la capital cacereña donde permanece hasta que obtiene el Bachillerato adquiriendo una formación humanista de raíces espiritualmente cristianas que irán evolucionando hacia un cierto componente deísta con alguna influencia procedente de las filosofías orientales. Después de una breve estancia en Salamanca (allí conoce personalmente a Miguel de Unamuno), marcha, entonces, a Valencia donde conoce y contacta con el novelista Vicente Blasco Ibáñez y su círculo de amistades quedando imbuido por la vocación política y el ideario republicano.

Pronto participará con fruición en apoyo de las actividades que los emigrados políticos desde Francia desarrollan en oposición a la dictadura de Primo de Rivera, obteniendo así su particular bautismo de fuego en la ciencia política. Ya en los albores de los años 30 del pasado siglo, integra la fundación del Partido Radical Socialista junto a figuras como Marcelino Domingo, Álvaro de Albornoz o Ángel Galarza y que luego conformaría su fusión en el Partido Radical Democrático primero y en Unión Republicana después.

Tras la proclamación el 14 de abril de 1931 de la II República Española, que saluda con alborozo pero también advirtiendo de los peligros que sobre ella se ciernen como luego veremos, es elegido Diputado a Cortes por Valencia en 1931, participando como Primer Secretario en la Comisión Constitucional y en 1933, ocupando asimismo diversos cargos políticos: Durante el gobierno de Azaña, es Director General de Agricultura, aunque dimite por su discrepancia en los sucesos de Casas Viejas, con Martínez Barrio, Subsecretario de Justicia y posteriormente bajo el Frente Popular desempeña las Subsecretarías de Comercio y de Obras Públicas y la Dirección General de Comunicación del Gobierno presidido por Largo Caballero.

En 1939, al final de la guerra civil española, se exilia en Francia, México y luego nuevamente en Francia; en un período en el que trabaja de forma intensa en la oposición antifranquista en el exterior, especialmente en actividades en defensa y apoyo de los refugiados españoles; y en el que también se incorpora al servicio del entonces recientemente reconstituido Gobierno de la Republica Española en el exilio (1945-46).

Por otra parte, en ese mismo tiempo fija su residencia en París, donde ejerce profesionalmente como traductor y docente, aunque en su actividad tomará un papel cada vez más predominante su condición de ensayista (que recopila, añade y edita en títulos como Mitos de la Burguesía y Ni Franco ni Rey: República, entre otros) y de político. No en vano, participará en la integración de las nuevas formaciones republicanas que se crean en la posguerra, como Acción Republicana Española (ARE) y especialmente ARDE (Asociación Republicana y Democrática Española), con miras a una nueva participación del proyecto republicano en un futuro proceso de transición a la democracia.

En los Consejos de Álvaro de Albornoz, Gordón Ordás, y Herrera fue sucesivamente Ministro de Justicia, Hacienda, Negocios Extranjeros y Vicepresidente asumiendo en todas estos cargos la ardua labor de acopio de recursos para el cada vez más modesto aparato orgánico de la República en el exilio, en 1962 participó como Delegado de la República Española en la reunión del Consejo Federal Europeo de Munich, llamado por el régimen franquista “Contubernio de Munich” donde se sentaron las bases y requisitos irrenunciables que debía reunir el necesario proceso de democratización en España y la incorporación de ésta a las instituciones comunes continentales de la época, especialmente a las de la CEE. En 1971, el Presidente de la República Española en exilio, José Maldonado, le designó Presidente del Gobierno, concibiendo sus esfuerzos, y el de su Gabinete, no sólo en mantener la representatividad simbólica de las instituciones republicanas (lógicamente disminuidas en su larga travesía en el exterior) sino en obtener un espacio de influencia de la sensibilidad republicana en el futuro de España.

Restablecido el sistema democrático y las libertades públicas en España y después de la disolución formal de las Instituciones republicanas del exilio (21 de Junio de 1977) opta, sin embargo, por no participar en el nuevo escenario político español y mantiene su residencia habitual en Francia. Finalmente, muere en París el 13 de Febrero de 1982.


En su tumba permanece aún hoy un esclarecedor epitafio: “republicain spagnol, mort en exil”. (republicano español muerto en el exilio).

En España, y en Extremadura en particular, de forma tan sorprendente como injustificada, continua siendo un gran desconocido. ¿Hasta cuando?:


Obras publicadas:


El sendero inmóvil (1944).
Don Juan Valera: el hombre, la vida y la obra (1944).
La guerra de los descarriados de Salomón Ben Maimún (1945).
Diálogos de las Españas (1963).
Actualidad de la idea Federal (México 1964).
Evolución de España (1967).
Diálogos de las Españas (México 1967).
Reivindicación de un pueblo calumniado (1968).
Socialismo Libre Frente a Mitología Revolucionaria (México 1973).
Ni Caudillo ni rey: República (México 1974).
Mitos de la burguesía (1976).
Autonomía y Federación (París-1977).
Los mal llamados años de la Segunda República (Mislata-Valencia, 1978).




"En los últimos años ha salido a la luz la memoria de los vencidos en la guerra, de las víctimas del franquismo. Pero nadie desde los poderes de la democracia actual se atreve a defender a la República. Casi nadie recuerda a sus grandes dirigentes, muertos la mayoría de ellos en el exilio, a quienes presidieron sus instituciones, hicieron sus leyes y dieron el voto a todos los ciudadanos. Y sin embargo, todavía están con nosotros los nombres de las calles, monumentos, símbolos y ritos del franquismo. Es el momento de cambiar eso, de devolver la dignidad a quienes defendieron la democracia y la libertad con la palabra y la ley".

miércoles, 3 de noviembre de 2010

70º ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL PRESIDENTE MANUEL AZAÑA


HOY SE CUMPLE EL 70º ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE DON MANUEL AZAÑA DIAZ, ÚLTIMO PRESIDENTE DE LA II REPUBLICA ESPAÑOLA, Y ÚLTIMO JEFE DE ESTADO ELEGIDO DEMOCRATICAMENTE DE NUESTRO PAIS HASTA LA FECHA. IN MEMORIAM. LA ARMHEX, QUIERE RENDIR ESTE SENCILLO RECUERDO.

El 3 de noviembre de 1940, a las doce menos cuarto de la noche, en la localidad francesa de Montauban, fallecía Azaña a los 60 años de edad. No sólo había sido derrotada la República, de la que llegó a ser la figura más paradigmática, sino que, además, aquella Francia a la que tanto admiraba estaba en gran parte ocupada por los nazis. El sueño de la razón había engendrado monstruos, y la democracia y el liberalismo agonizaban ante las embestidas de los totalitarismos tan siglo XX.



Otra de las grandes tragedias de Azaña consiste en que, habiendo escrito tanto sobre su trayectoria, sigue siendo, setenta años después de su muerte, un desconocido para la inmensa mayoría de la sociedad española. Intelectual y hamletiano, volcado, sin embargo, en la acción política de su país. Indiferente a los elogios y a las camarillas.

En el 70.º aniversario de la muerte de Azaña, hora va siendo ya de conocer una vida y una obra que dan cuenta no sólo de derrotas y tragedias, sino también de la honestidad y coherencia de un personaje histórico que desmiente los tópicos tan al uso como que todos los políticos son iguales o que el poder corrompe.

Mientras el Manuel Azaña vivía aquel exilio introvertido y melancólico, las autoridades franquistas incoaban en Madrid un expediente, iniciado el 31 de agosto de 1939, a quien fuera símbolo de la República. Con su casona familiar de Alcalá saqueada y posteriormente ocupada por la Falange, los servicios policiales y militares iban calificando a Azaña de persona "de carácter seco, agrio, con dureza más efectiva que real", iban tildando al político de "hábil sofista, contundente polemista y enemigo rencoroso de la Iglesia" y, en definitiva, iban desgranando los tópicos que más tarde persiguieron, durante las décadas del franquismo, al jefe del Estado republicano. Maricón, pervertido, anticlerical, monstruo, cobarde o destructor del Ejército y de los valores patrios fueron lugares comunes de una de las campañas de desprestigio más sistemáticas y brutales de la España contemporánea.

Diplomáticos mexicanos protegieron al ex jefe del Estado español en sus últimos meses de vida azarosa en Francia.

Cuando el tribunal de depuración dictó su sentencia, en abril de 1941, Azaña ya había muerto, aunque esa circunstancia no impidió que fuera condenado al pago de 100 millones de pesetas, una fortuna para la época.

(...) La incomodidad y el nerviosismo de todos aumentó enormemente cuando el 1 de septiembre de aquel año (1939) la Alemania nazi ocupó Polonia y obligó a Francia y el Reino Unido a declarar la guerra a Hitler. El temor a una invasión germana del territorio francés y los recelos hacia la posibilidad de que Suiza pudiera perder su neutralidad llevaron a los Azaña Rivas a sopesar la posibilidad de trasladarse al oeste de Francia. "No creo que Franco vaya a buscarnos a Burdeos", fue el comentario esperanzado de don Manuel. Se equivocaba, no obstante. De este modo, el grupo refugiado en Collonges-sous-Salève recogía la sugerencia que les había hecho Carlos Montilla, ex embajador republicano en Belgrado y La Habana, un diplomático demócrata y admirador de Azaña, a quien había visitado en su refugio alpino. Así pues, a mediados de octubre, Manuel Azaña y su inseparable cuñado realizaron el largo viaje desde Collonges-sous-Salève hasta Arcachon en ferrocarril, y no por carretera, dadas las dificultades para conseguir gasolina y permisos de circulación en Francia una vez iniciada la guerra. Guiados por Montilla y por su mujer, que ya se habían instalado en Pyla-sur-Mer, llegaron a aquel paraje de la costa atlántica, famoso por sus inmensas dunas, muy cerca de Arcachon y a 50 kilómetros de Burdeos.

(...) A medida que pasaban los meses de su exilio francés, el ex presidente se iba desilusionando de la actitud del país vecino, esa Francia a la que él había admirado, casi reverenciado, desde su juventud. Pero cuando llegó la hora del destierro, Azaña se percató de que, junto a una minoría de franceses, que lo saludaban y lo elogiaban en la calle, el resto de ciudadanos y, de manera especial, las autoridades adoptaban una actitud despectiva no tanto hacia su persona, sino, lo que era más grave, hacia el régimen republicano que él había encarnado. Así pues, sus críticas hacia la cínica e injusta política de no intervención durante la guerra se vieron acrecentadas por el trato que se daba a los españoles en los campos de concentración del Mediodía francés, por la escasa consideración que recibían los combatientes de la República y, en suma, por el menosprecio del que eran objeto unos soldados y civiles que habían defendido en España la libertad de Europa.

Esta actitud miope y cobarde de los gobiernos de París le indignó mucho. No fue el único refugiado de talla que dejó constancia de su decepción con Francia. La abogada, miembro de Izquierda Republicana y diputada Victoria Kent, enviada por el Gobierno en 1937 a la embajada en París para canalizar la salida de los refugiados, se vio forzada, tras la entrada de los nazis en la capital francesa en junio de 1940, a vivir de forma clandestina durante cuatro años para evitar que la Gestapo y la policía franquista la detuvieran y la deportaran a España para ser juzgada y "probablemente fusilada", como dijo ella misma. Con el nombre falso de madame Duval, y protegida por la Cruz Roja y la Resistencia, Kent pudo observar la actitud de los franceses, que osciló entre el colaboracionismo y la oposición, pasando por una gran mayoría acomodaticia.

(...) Los temores a que Azaña fuera detenido por la Gestapo, que dominaba la zona de Arcachon y toda la fachada atlántica francesa hasta la frontera con España, se volvieron más fundados cada día que pasaba, y por ello los diplomáticos mexicanos, que se habían hecho cargo de su protección, recomendaron su desplazamiento hacia el sureste de Francia. Es importante reseñar que los terribles oficiales nazis actuaron durante aquellos tiempos a las órdenes de la policía franquista en lo que se refería a la persecución y detención de dirigentes republicanos, y el ex jefe del Estado era, por supuesto, una de las piezas más codiciadas por el nuevo régimen fascista. De hecho, el cuñado de Franco y ministro de Exteriores, Ramón Serrano Súñer, puso especial empeño en que Azaña fuera extraditado, si bien no logró su propósito. Convencido, pues, por los mexicanos, el matrimonio Azaña Rivas decidió finalmente abandonar Pyla-sur-Mer. Su secretario, Martínez Saura, refirió en sus memorias la marcha de Azaña, a finales de junio, desde Pyla-sur-Mer hasta Montauban, una pequeña ciudad de provincias cercana a Toulouse. (...) El grupo salió de Pyla-sur-Mer con los nazis pisándoles literalmente los talones.

(...) Todo el cuadro se había oscurecido aún más desde que la pareja recibiese la noticia de que la Gestapo y la policía franquista habían detenido a Cipriano Rivas Cherif (cuñado de Azaña), Carlos Montilla y Miguel Salvador, un ex diputado de Izquierda Republicana en Pyla-sur-Mer, el 10 de julio, poco después de la marcha de los Azaña Rivas. Los tres fueron extraditados casi de inmediato a España, donde fueron juzgados en consejo de guerra sumarísimo y condenados a la pena de muerte, una noticia que fue conocida a finales de aquel septiembre. (...) Azaña, que había sufrido un amago de infarto cerebral al conocer aquella noticia, ya casi no podía ni hablar y estaba, por tanto, incapacitado para realizar ningún tipo de gestión. Sólo acertó a decir en una ocasión: "¡Bien saben lo que me han hecho! Esto sí que no lo resisto!".
Conclusión: No resulta fácil explicarlo, recordarlo en los medios de comunicación, llevarlo a las aulas para que los jóvenes lo aprendan. Pero España fue durante cinco años una República parlamentaria y constitucional. “Una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de libertad y justicia”, proclamaba el artículo primero de su Constitución, aprobada el 9 de diciembre de 1931, tan solo siete meses después de que cayera la Monarquía de Alfonso XIII.

Esa Constitución, que decía que la República era “un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y de las Regiones”, declaraba también la no confesionalidad del Estado, eliminaba la financiación estatal del clero e introducía el matrimonio civil y el divorcio. Su artículo 36, tras acalorados debates, otorgó el voto a las mujeres, algo que sólo estaban haciendo en esos años los parlamentos democráticos de las naciones más avanzadas.

Constitución, elecciones libres, sufragio universal masculino y femenino, gobiernos responsables ante los parlamentos. En eso consistía la democracia entonces. No era fácil conseguirla y menos consolidarla, porque todas las repúblicas europeas que nacieron en aquellos turbulentos años que siguieron a la Primera Guerra Mundial, desde Alemania a Grecia, pasando por Portugal, España o Austria, acabaron acosadas por fuerzas reaccionarias y derribadas por regímenes fascistas o autoritarios.

Nunca en la historia de España se había asistido a un período tan intenso y acelerado de cambio y conflicto, de avances democráticos y conquistas sociales. En los dos primeros años de la República se acometió la organización del ejército, la separación de la Iglesia y del Estado y se tomaron medidas radicales y profundas sobre la distribución de la propiedad de la tierra, los salarios de las clases trabajadoras, la protección laboral y la educación pública.
Manuel Azaña, fue un protagonista de primer orden, de aquellos cambios y de aquel intento de modernizar nuestro pais.