Negrín, interviene en la Sociedad de Naciones, Ginebra.
Ha llegado a Las Palmas de Gran Canaria el archivo original del último Presidente del gobierno de la II República, D. JUAN NEGRÍN LÓPEZ.
Los fondos reconstruyen la actividad del Gobierno durante la guerra: informes secretos, libros de contabilidad, fotos de bombardeos, telegramas, planos y mapas del frente o listados de prisioneros.
En el exilio, Negrín acrecentó su fondo con material sobre la ayuda a refugiados, los campos de concentración, además de cartas con distintas personalidades.
Se trata del archivo más importante de los últimos años del gobierno republicano, el del último presidente del gobierno de la II República Española, D. Juan Negrín López. Llegó al puerto de La Luz en Las Palmas de Gran Canaria el pasado 22 de noviembre. Han hecho falta 14 años de gestiones para que este viaje se haga realidad.
El historiador Sergio Millares, asesor histórico de la Fundación Juan Negrín, es uno de los protagonistas de esta historia: "Yo veo los archivos en 1999. Todo empieza cuando la Fundación Negrín me llama y proponen irme a Niza un año a ver el archivo de Negrín por primera vez, inventariarlo, escanearlo... Yo tenía mi familia y todo aquí en Las Palmas, pero se trataba de una oportunidad excepcional".
En el archivo de Negrín había mucha información que el régimen de Hitler podría facilitar a Franco
El archivo se lo lleva Juan Negrín hacia Valencia, después a Barcelona y finalmente con la caída de la II República, a Francia. Ante la inminencia de la ocupación nazi, el presidente de la República Española sale de Francia pero antes esconde celosamente la documentación consciente de que había mucha información de personas que el régimen de Hitler podría facilitar a Franco. Negrín vuelve a Francia en 1947, se reencuentra con su archivo y lo mantiene bajo su custodia hasta su muerte en 1956. Determinadas circunstancias llevan parte del archivo al sur de Francia, donde tenía su residencia su hijo, también médico, Juan Negrín. Lo siguiente nos lo cuenta Millares: "Pepe Medina y Eligio Hernández que era el abogado que le llevaba cosas de la herencia a este hijo, le convencen para que vaya a ver la documentación en nombre de la Fundación Negrín. Me iba enseñando esos documentos de la etapa de su padre como presidente del gobierno. Fue un momento de gran emoción. Llamo a Pepe Medina, presidente de la Fundación, y le digo 'acabo de tocar los documentos'".
Tras la muerte del hijo de Negrín, es su sobrina y nieta del presidente, Carmen Negrín, quien se hace cargo de toda la documentación. La Fundación Juan Negrín retoma las conversaciones y finalmente, en 2006, llegan al acuerdo de que todo el legado vaya a Las Palmas, se trata de un total de cerca de 200.000 documentos: "Ha sido una batalla para que viniese, pues el archivo ha tenido mucho novios: varias universidades de Francia, el historiador Gabriel Jackson también le quiso buscar un destino en los Estados Unidos, el archivo de Salamanca, la Fundación Pablo Iglesias, etc... Pero los que más hemos insistido hemos sido nosotros. Puede parecer extraño que venga aquí, tan lejos de Madrid. Pero nosotros queremos que esta ciudad se convierta en un centro de documentación de historia contemporánea, ¿por qué debería estar en Madrid o en otro sitio si Negrín era de Las Palmas?".
Está demostrado que todo el dinero se gastó en armas para defender la República
Uno de los asuntos más controvertidos con los que ha cargado la memoria de Negrín ha sido el destino del oro que la República envió a Moscú. Sergio Millares es contundente: "El historiador Ángel Viñas ya demostró que la cuestión del oro estaba clara. La familia y un ex ministro republicano, Mariano Ansó, por indicación del propio Negrín, entregaron al consulado franquista de España en París una documentación que se archivó en el Banco de España y que lo aclara. Viñas la vio y lo explica en su libro El oro de Moscú (Grijalbo, 1979), está demostrado que todo el dinero se gastó en armas para defender la República, el papel de los rusos fue de mero intermediario para pagar según las órdenes que le daba el gobierno republicano. Lo que sí hay en la documentación que vamos a traer es un libro interesante de entrada y salida de dinero, de contabilidad, que habría que analizar con detalle".
En el archivo depositado ahora en Canarias existe más documentación sobre aquel episodio, incluida una nota manuscrita del propio Negrín sobre el asunto en la que explica que la decisión no se tomó “para complacer a los rusos”. “Ellos fueron los primeros sorprendidos cuando se les propuso”. Negrín escribe que el primer objetivo consistía en poner a salvo el oro y el segundo en convertirlo en divisas para necesidades de la República. La decisión se tomó bajo la presión de una inminente llegada de las tropas sublevadas a Madrid. “Los últimos envíos se hicieron estando la línea de ferrocarril (por Aranjuez) bajo el fuego enemigo”. Y no solo les perturbaban los rebeldes: “Nos mueve la preocupación de que grupos de incontrolados se hicieran por un golpe de mano con los depósitos del Banco (…) Cuando las fuerzas mandadas por Durruti fueran a Madrid se supo por informaciones al parecer fidedignas que intentaban convertirse en 'fuerzas de protección' del Banco de España. Felizmente ya entonces, y sin que ellos lo supieran, ya el oro no estaba en Madrid, sino en Cartagena”.
Los hechos represivos contra la derecha sucedían de forma autónoma al poder institucional republicano
Según parece, lo que más destaca del archivo es la entrada y salida de documentos de presidencia del gobierno. Ahí se encuentran, entre muchas cosas más, peticiones de indulto o de clemencia que pueden ser de gran interés. El procedimiento era que a Negrín le llegan esas peticiones, él escribe sus anotaciones al margen y lo deriva al secretario quien lo pasa a limpio y lo cursa.
Millares nos adelanta alguna de la información desconocida que se encuentra en el archivo: "En estos documentos es muy importante observar la posición de Negrín sobre la represión en la parte republicana, eso es muy interesante. Por ejemplo su reacción ante la noticia del fusilamiento de determinados derechistas en Barcelona. Desde Marsella le escribe un paisano canario, Rafael Guerra del Río, del Partido Radical, de Lerroux. Negrín escribe de su puño y letra una interrogación y se observa el lío que se montó por el intento de Negrín de buscar responsabilidades. Eso nos sirve para apreciar hasta qué punto los hechos represivos que pudieran apreciarse contra la derecha sucedían de forma autónoma al poder institucional republicano. Negrín tenía un sentido de la justicia tremendo, de ahí su obsesión por seguir los procedimientos formales y legales".
Negrín, cansado de las acusaciones que circulan sobre él, decide escribir sus memorias
Otra información muy valiosa es el borrador sobre sus memorias en el que estaba trabajando. Negrín está cansado de todas las acusaciones que circulan sobre él: si robo el oro, si estaba al servicio de la Unión Soviética, si era un enviado de Stalin, si era el responsable de la muerte de Andreu Nin, etc... Por ello a principios de los años cincuenta se decide a escribir sus memorias. Una parte de esas memorias que destaca Millares es sobre la muerte de Nin donde Negrín cuenta su enfrentamiento con el agente soviético Alexander Orlov, quien poco después huiría a Estados Unidos para evitar la purga estalinista que terminó con muchos de los rusos que estuvieron durante la Guerra Civil en España, como el corresponsal de Pravda, Mijaíl Koltsov. "Orlov fue quien dirigió el operativo para asesinar a Andreu Nin, eso ya es conocido. En un momento determinado Negrín pregunta a los soviéticos qué ha pasado con Nin, aparece Orlov por el despacho e intenta convencerle de que Nin era un fascista aliado de Franco, un traidor en las filas republicanas le dice. Y le enseña unas supuestas pruebas: un escudo de la Falange que dicen que tenía, documentos etc... Le cuentan que efectivamente apresaron a Nin pero que lo rescataron unos falangistas y se fugó. Negrín le escucha respetuosamente y a continuación le dice: '... de vez en cuando he leído novelas detectivescas y la prueba que usted me somete es demasiado contundente para que me parezca verosímil'. Orlov se levanta airado diciendo que estaba insultando a la Unión Soviética, entonces Negrín le dice que salga de su despacho porque está hablando con el presidente del gobierno. Al poco tiempo viene el representante diplomático soviético, Sergei Marchenko, a pedir perdón a Negrín por ese incidente. Todo esto está en el archivo, de puño y letra de Negrín".
La Academia de la Historia es un cementerio de elefantes que hay que cerrar
El polémico Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia (RAH) presenta a el presidente Juan Negrín como “prácticamente dictatorial", lo que despierta en Sergio Millares una dura respuesta: "Mi opinión es que la Academia de la Historia es un cementerio de elefantes que hay que cerrar. Eso no sirve para nada. Le han dado protagonismo a la Fundación Francisco Franco y a historiadores que podemos calificar suavemente de revisionistas, por no decir franquistas o postfranquistas. Es una cosa vergonzosa, luego intentaron rectificar y le pidieron creo que a Ángel Viñas un texto más ecuánime, pero, claro, lo publicado es vergonzoso".
En opinión de Millares, "Negrín es la figura más vilipendiada de la República, con el agravante de que no tiene ni ha tenido tropa que le apoye de los infundios, tiene partidarios, pero de forma transversal en varios partidos y grupos". Las acusaciones se vieron agudizadas por el asunto del Vita: "En un momento determinado Negrín manda un barco a México, el Vita, con mucho dinero y riquezas para cubrir los gastos de los republicanos. Pero el enviado de Negrín llega un día tarde al puerto de Veracruz y, cuando llega el barco, los mexicanos al ver el contenido llaman a Indalecio Prieto, quien ve todo aquello y asume la responsabilidad de ese dinero que financió al exilio republicano en México y en Francia, el problema es que Indalecio lo distribuyó con criterios partidistas según los solicitantes fueran defensores o detractores de Negrín. Aquello debilitó y desautorizó mucho a Negrín, a quien le negaron su legitimidad de ser el presidente del gobierno en el exilio, eso está todo en la documentación. El negrinismo va disolviéndose, aunque tiene partidarios muy sólidos en el PSOE, pero la labor de zapa de Indalecio Prieto es brutal, por eso lo expulsan del PSOE".
Negrín es la figura más vilipendiada de la República
Los acontecimientos que siguieron a la guerra civil española también sirvieron para valorar en su justa medida la política de Negrín al frente del gobierno español: "Cuando los aliados vencen descubren que tienen muchos resabios contra él alimentados por Indalecio Prieto. La Segunda Guerra Mundial demostró que la estrategia de unidad con la Unión Soviética que apoyó Negrín era la adecuada para combatir al fascismo. Esa idea se la criticaron los aliados en los años 38, 39 y 40, sobre todo cuando Stalin firma el pacto de no agresión con Hitler. Pero en 1944 se vio que tenía razón Negrín. Si él hubiese estado en las conversaciones con los aliados tras el fin de la Guerra Mundial hubiera sido muy diferente. Negrín tenía mucha relación con los americanos, se carteaba con la mujer del presidente, Eleanor Roosevelt, con De Gaulle, con Attle [primer ministro del Reino Unido], etc. Era la persona ideal para presionar y para que se reconociera al exilio español como interlocutor ante las instituciones internacionales en el momento peor del franquismo, en el 44-45".
La pregunta que surge es inevitable. ¿Con Negrín se podía haber conseguido el apoyo internacional de los aliados tras las Segunda Guerra Mundial para derrocar a Franco?. "Con Negrín hubiera habido más posibilidades, si con Giral [José Giral, el sucesor de Negrín en la presidencia del gobierno de la República en el exilio, desde 1945 a 1947] la posibilidad era de un 0,1 %, con Negrín a lo mejor hubiera sido del 10 %. Negrín se hubiera movido mejor en el mundo internacional, se manejaba como pez en el agua".
La Fundación Negrín ya cuenta con un equipo que ha empezado a catalogar la documentación. Millares explica que "el archivo estará al servicio de la investigación, cualquiera que lo desee se puede poner en contacto con la Fundación Negrín y acceder a ella en un futuro. Queremos que la Fundación Juan Negrín sea un centro de estudios contemporáneos, básicamente centrado en la figura de Negrín, pero no solamente. La idea es abarcar un amplio abanico que es el tiempo de Negrín. No debemos olvidar la faceta científica del doctor Negrín. Como médico fisiólogo es el eslabón entre la escuela de Ramón y Cajal y la de Severo Ochoa, dos premios Nobel. Ramón y Cajal lo adopta y él trae a Severo Ochoa, Severo Ochoa es impensable sin Negrín".
El siguiente obstáculo al que se enfrentan en la Fundación Negrín es la necesidad de fondos para gestionar ese gran archivo, detrás de esta institución solo hay personas individuales que admiran el patrimonio de Negrín y quieren defenderlo y difundirlo. "Debemos buscar ayudas en el cabildo y otras instituciones canarias, esperamos que el gobierno central también sea sensible a la memoria de Negrín, el de Zapatero lo fue. Hemos logrado que la figura de Negrín sea aceptada y reconocida en la sociedad a pesar de todo lo que se la ha atacado, especialmente en el franquismo. Hay un hospital, el más grande de las islas, que se llama Hospital Doctor Negrín, hay exposiciones, todos los grupos políticos están defendiendo su figura, toda la sociedad. A pesar de la mala situación económica nosotros hemos podido traer la documentación a Las Palmas, eso representa un gran paso".
Por Ángel Viñas.
Ya ha llegado a Las Palmas de Gran Canaria el masivo archivo que Juan Negrín conservó celosamente en el extranjero. Próximamente se hará su recepción oficial y la legítima propietaria, su nieta Carmen, lo cederá en un solemne acto al Cabildo de Gran Canaria, que lo depositará para su custodia y uso en la futura nueva sede de la Fundación Juan Negrín. Está sita en un edificio emblemático de la ciudad, totalmente restaurado y acomodado para su función como lugar de estudio del archivo y biblioteca (todavía no enviada en su totalidad pero prevista para el futuro) de quién fue presidente del Gobierno republicano en la Guerra Civil y en el exilio entre 1937 y 1945.
Esta operación ha sido apoyada por todas las fuerzas políticas canarias, sin distinción ideológica alguna. Como corresponde. Se ha basado en los acuerdos alcanzados por la anterior corporación insular presidida por José Miguel Pérez, del PSOE, y la actual, presidida por José Miguel Bravo de Laguna, del PP, que han hecho todo lo posible e imposible para que el convenio suscrito con Carmen Negrín y la Fundación sea una realidad. Han contado con la colaboración y entrega de muchas personas que han escrito un capítulo señero, y sintomático, del esfuerzo colectivo para recuperar el pasado: el presidente y vicepresidente de la Fundación, José Medina Jiménez y Eligio Hernández Gutiérrez (exfiscal general del Estado); el secretario Antonio Aguado Suárez, y el resto de los miembros del patronato: Alfredo Herrera Piqué, Antonio González Viéitiz y, en particular, el historiador Sergio Millares.
Una parte del archivo, en fotocopias que este último empezó a hacer en Niza hace unos quince años con el consentimiento del hijo del antiguo presidente, Juan Negrín Jr, afamado neurocirujano y titular de la máxima distinción cívica norteamericana, ya fallecido, estaba disponible en Las Palmas. Era una parte minúscula. El resto había quedado dividido entre Niza, donde vivió sus últimos años el cirujano, y París, en el domicilio particular del antiguo presidente.
El antiguo presidente nunca tuvo nada que temer de la historia. Esta afirmación que ya publicó The New York Times al anunciar su fallecimiento sigue teniendo hoy plena validez. Gracias a los riquísimos archivos ahora repatriados, los historiadores podrán rellenar las lagunas de que todavía adolecen las grandes biografías o bocetos biográficos de Gabriel Jackson, Juan Marichal, Ricardo Miralles, Enrique Moradiellos o, por la vía de su actuación, de quien esto escribe. Descubrirán nuevas facetas que ninguno de los mencionados hemos abordado, pondrán de manifiesto aspectos de su gestión en la paz, en la guerra y en el exilio prácticamente desconocidos y ejercitarán sus dotes criptológicas pues entre los papeles hay centenares de telegramas cifrados que nadie ha descriptado. Afortunadamente, también se conservan algunas, si no todas, de las necesarias tablas de conversión.
Negrín fue diputado en Cortes, formó parte de la comisión de transferencias a la Generalitat, ministro de Hacienda, presidente del Gobierno y ministro de Defensa Nacional. Por su mesa pasó lo más granado de las políticas de los Gobiernos de la República en guerra y en el exilio.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, en un golpe de mano sucio e insuficientemente aclarado, un sector del PSOE expulsó del mismo a Negrín y a varias docenas de sus partidarios. Hace algunos años, todos ellos, sin excepción y con independencia de su trayectoria ideológica ulterior, fueron reincorporados simbólicamente a la militancia a título póstumo. El PSOE cerró sus heridas y entonó el correspondiente mea culpa. Todavía puede hacerse más.
En efecto, la totalidad del fondo documental se ha digitalizado cuidadosamente. Los originales y una copia han llegado a Las Palmas donde serán libremente consultables, salvo la pequeña parte posterior a 1939 que necesita autorización previa. En cumplimiento de las relevantes disposiciones francesas, otra copia será depositada en los Archivos Nacionales de Francia. Por último, la copia digitalizada de una gran parte del fondo, la donó Carmen Negrín graciosamente al Centro Documental de la Memoria Histórica en Salamanca hace ya algunos años. Para ciertos aspectos no será necesario desplazarse a Las Palmas.
La explotación del material repatriado será tarea de una o dos generaciones de historiadores. Por las amplias catas que Sergio Millares y quien esto escribe hemos realizado no hay temor de que el honor de Juan Negrín se vea empañado.
Al señalar esto, he de constatar una diferencia no ya sustancial sino sustancialísima entre el proceder de Carmen Negrín y el de los herederos del general Francisco Franco o de su primer valido, el abogado del Estado Ramón Serrano Suñer. Nadie ha visto, en efecto, lo que todavía no se haya destruido de los papeles privados del dictador español o de su cuñado. Un caso insólito en los anales de cualquier país europeo.
¿Quién tiene miedo a la Historia? Puestos a hacer strip-tease hay quienes se sienten impelidos a seguir ocultando sus vergüenzas. Mucho otros no las tienen. Hoy por hoy los historiadores estamos de enhorabuena. El honor de Juan Negrín seguirá despidiendo destellos intensos mientras, por lo que ya se ha oteado, el recuerdo del Generalísimo y del primer arquitecto del pretencioso “Nuevo Estado” seguirá envuelto en el mal olor, por muchas esencias de Oriente que continúen desparramando sus numerosos hagiógrafos.
Ángel Viñas es catedrático emérito de la UCM. Su último libro es Las armas y el oro. Palancas de la guerra, mitos del franquismo (Pasado&Presente).
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